Si bien el desarrollo e impulso del biodiesel aparenta ser ajeno al Alto Valle, Andrés Dimitriu, Profesor de UNCo y Miembro de la Asamblea Coordinadora Patagónica contra el Saqueo y la Contaminación , afirma que el desarrollo del “biocombustible”, no sólo afectará a la región directamente, sino que es un proceso que ya está en marcha.
Según Dimitriu, existe un plan mundial en el que se destinarán grandes superficies a reservorios de producción de agrocombustibles. En este sentido hay intentos de definir a parte dela Patagonia , como el Valle Medio y zonas de Río Negro y Chubut como destinatarios de producciones de primera y segunda generación de biocombustibles.
El mayor riesgo del desarrollo del biodiesel yace en su alto nivel de legitimidad como una “energía alternativa” o “renovable”: “Hay una intensa campaña publicitaria y de relaciones públicas (que incluye el viaje del ex vicepresidente norteamericano Al Gore, entre otros), que con el uso de instrumentos de miedo respecto a las crisis ecológica y supuesta crisis energética manejan la visión de algo que, en realidad, no es una crisis, sino una administración equivocada de la energía”.
Dimitriu además acusa a diversas instituciones que ayudan a esta legitimación: “Los medios periodísticos, universidades y centros de investigación, incluyendo al INTA y organizaciones ambientalistas como Greenpeace, se suman a esta campaña y realizan un lobby fuerte político, administrativo, educativo, a favor de una quimera que, en realidad, aleja a la población del control directo de su propia economía y de su propia producción.”
El INTA Valle Inferior, sin ir más lejos, impulsa el denominado “Proyecto Soja Patagónica”, a través del cual experimenta con la semilla de soja (junto al maíz principal cereal para la creación de biodiesel) en distintas zonas de la región desde en 2003.
El profesor declara que el INTA está realizando estudios de factibilidad económica que no incluyen costos ambientales y sociales, entre otros: “No tomar en cuenta factores como la migraciones en el país, dónde queda la renta concretamente (la totalidad de esta), en qué se usa y para qué, implica un asunto mucho más complejo, que además está teñida de ideología de cualquier lugar que se lo mire.”
Según Dimitriu, existe un plan mundial en el que se destinarán grandes superficies a reservorios de producción de agrocombustibles. En este sentido hay intentos de definir a parte de
El mayor riesgo del desarrollo del biodiesel yace en su alto nivel de legitimidad como una “energía alternativa” o “renovable”: “Hay una intensa campaña publicitaria y de relaciones públicas (que incluye el viaje del ex vicepresidente norteamericano Al Gore, entre otros), que con el uso de instrumentos de miedo respecto a las crisis ecológica y supuesta crisis energética manejan la visión de algo que, en realidad, no es una crisis, sino una administración equivocada de la energía”.
Dimitriu además acusa a diversas instituciones que ayudan a esta legitimación: “Los medios periodísticos, universidades y centros de investigación, incluyendo al INTA y organizaciones ambientalistas como Greenpeace, se suman a esta campaña y realizan un lobby fuerte político, administrativo, educativo, a favor de una quimera que, en realidad, aleja a la población del control directo de su propia economía y de su propia producción.”
El INTA Valle Inferior, sin ir más lejos, impulsa el denominado “Proyecto Soja Patagónica”, a través del cual experimenta con la semilla de soja (junto al maíz principal cereal para la creación de biodiesel) en distintas zonas de la región desde en 2003.
El profesor declara que el INTA está realizando estudios de factibilidad económica que no incluyen costos ambientales y sociales, entre otros: “No tomar en cuenta factores como la migraciones en el país, dónde queda la renta concretamente (la totalidad de esta), en qué se usa y para qué, implica un asunto mucho más complejo, que además está teñida de ideología de cualquier lugar que se lo mire.”